Los trazos efímeros de Delight Lab

Fecha: 12/5/2022
Colectivo: @delightlab
Entrevista por. Isidora León

La historia de las artes en Chile está marcada por el desarrollo de la poesía en vínculo y constante diálogo con la visualidad. Podríamos decir que El quebrantahuesos, de los literatos Nicanor Parra, Enrique Lihn y Alejandro Jodorwosky, fue el hito que dio inicio al arte contemporáneo en Latinoamérica*. 

Esta obra, que consistió en una serie de intervenciones poéticas expuestas en distintos puntos de Santiago, utiliza los recursos mediáticos para articular un discurso desde la palabra poética. El Quebrantahuesos, así como otras obras que usan la ironía y el lenguaje publicitario como ejercicio político, se apropia del espacio público para tensionar ciertas demandas sociales comunes y proponernos otras formas de habitarlo.

En este sentido, poesía y política se articulan para resignificar el espacio público y despojarlo de las manos del marketing y el retail.

La última exposición de Metro21 -Via Crisis- consistió en un estudio sobre el desplazamiento, la velocidad, la palabra poética y las intervenciones urbanas.

En este contexto nos propusimos entrevistar a Delight Lab para abordar la lógica de esta exposición. Las intervenciones del colectivo se caracterizan por condensar en una o muy pocas palabras un mensaje poderoso, capaz de verbalizar la sensibilidad social y política del momento. Mediante la poesía, la luz, las intervenciones y trazos efímeros y el desplazamiento, Delight Lab ha impactado en el espacio público generando un gran nivel identificación nacional.

Sabemos que Delight Lab realiza una labor basada en la revaloración de la palabra. ¿Por qué empezaron a vincularse con la poesía? ¿Qué poetas chilenxs han influenciado su trayectoria?

Desde la infancia nuestra madre siempre nos leyó poesía, por lo que inherentemente se volvió parte de nuestro imaginario, de nuestro mundo. De hecho, Octavio escribe poesía desde el colegio, incluso publicó un libro el 2006 llamado ‘Interferencias de repente’. Por esto el cruce del arte lumínico con el poético desde la palabra, se forjó como algo inevitable, en algún momento se iba a dar. Trabajar con la palabra se convierte en un regreso al origen, y también a algo más universal, abierto, incluso esencial que se sustenta en los entrelazamientos entre poesía y luz.     

Como referentes tenemos varios: Vicente Huidobro, Cecilia Vicuña, Juan Luis Martínez, Raúl Zurita, Don Nicanor.

¿Qué palabras o versos crees que han sido más potentes en sus intervenciones? ¿En qué influye que sus obras sean trazos efímeros?

Creemos que HAMBRE ha sido la intervención que ha tenido más repercusión por el contexto en el qué ocurrió, no dejó indiferente a nadie. Luego de eso pasó el tema de la censura de las palabras HUMANIDAD y SOLIDARIDAD, que quizás son las 2 palabras más hermosas que hemos proyectado.

La luz -nuestro material de trabajo-, es un elemento que sólo podemos ver cuando choca con algo, ese algo son las superficies del volumen escogido, por lo que hay ahí un fenómeno que es muy bello porque finalmente vemos lo que rebota de nuestra acción, como un espejo de la oscuridad. 

Al ser trazos efímeros sólo los retiene la memoria, se van completando en un imaginario, trabajan desde la persistencia retiniana de la ausencia, entonces, es como si estuvieran ahí pero no. 

Luz: “​​Agente físico que hace visibles los objetos”.

Delight Lab ha intervenido zonas rurales, ciudades pequeñas y Metrópolis. Si pensamos sus proyecciones lumínicas como obras de land art o site specific, ¿cuáles son las diferencias entre intervenir una gran ciudad e intervenir un lugar olvidado o inhóspito ?

Quizás la mayor diferencia es la presencia humana, ya que el ritual es el mismo. Lo que ocurre en el entorno menos intervenido por humanos -como lo son algunos paisajes naturales en los que trabajamos- es que ese fenómeno es presenciado por otras especies y ahí hay algo mágico y potente; sentimos que este ritual se va impregnado en un presente, y al ver los registros nos damos cuenta de lo que ahí hubo. 

Esos registros de la mente nos teletransportan y es como si volvieran a ocurrir, y si bien no son presencialmente apreciados, estos funcionan en el imaginario, un mundo en el que trabajamos y que nos gusta estimular, sentimos que a la sociedad le falta recordar y ejercitar.

“Luz: Forma de energía que ilumina las cosas, las hace visibles y se propaga libremente en el espacio”

Para el proyecto de Metro21 “Vía crisis” Delight Lab creó una composición sonora a partir de las poéticas de la ruta 68. La obra se titula Viceversa, ¿nos podrías explicar algo sobre ella?

Andrea: La pieza sonora habla de un estado de trance, de viaje, siempre tomando en cuenta la parte sacra, un ritual, repetir un mantra una y otra vez. Por otro lado, tiene el sonido del mar que va como en reversa y va hacia adelante y hacia atrás como las olas en el viaje. Que es de lo que habla el poema del letrero numero 13. Tiene también el latido del corazón, que también va anunciado en el poema. Tiene algo un poco nostálgico … si eso es, nostálgico.

El registro sonoro que aplico a las performances que hacemos tiene más que ver con la naturaleza, en algunos casos políticos -una vez grabé unas palizas, en algunas ocaciones unas marchas o movilizaciones-, pero han ido más hacia la naturaleza. Van más hacia la experimentación, generar ciertos ambientes, más hacia la contemplación, que bajo otros sonidos se pueden generar otros contrastes, más políticos o sociales, pero es más experimental.

La coyuntura tanto política como sanitaria, nos ha llevado de forma inevitable a nuevas lecturas y apreciaciones en cuanto al desplazamiento, ya sea a través de sus nuevas formas dadas por la tecnología, como por las restricciones a la libertad de circulación de los cuerpos. ¿Qué implicancias tiene el desplazamiento para Delight Lab? 

El desplazamiento de Delight Lab ha sido clave. Santiago no ha sido nuestro único centro de intervención, hemos hecho intervenciones en el sur, en el norte y en lugares periféricos. El movernos es entender el tema del agua, de las culturas originarias, de ciertas luchas medioambientales, de los relaves mineros, etc. 

El desplazamiento también nos ha permitido crear un archivo. Un archivo que plantea ciertas reflexiones y preguntas, que tal vez no tengan las respuestas inmediatas, pero si dan luces de algo que nos gusta poner sobre la mesa. En el fondo es nuestro idealismo de pensar un mejor país, un mejor mundo. 

Dado que la velocidad va incrementando cada vez más con el paso de los años -sobretodo considerando que el mismo trayecto de Santiago a Valparaíso es cada vez más corto-, nos encantaría preguntarles cómo se instala esta obra bajo ese paradigma de velocidad.

La velocidad, cualidad del movimiento y la detención o quietud, dos caras de la misma moneda que son el espacio/tiempo, que se mimetizan en esta dimensión presente que nos lleva a preguntar si son nuestro cuerpos los que se están moviendo realmente, o nuestros pensamientos que son aún más rápidos los que creen eso, cuando la obsesión de una paz es poder detener el tiempo en un respiro y moverse ahí libremente. Las estaciones de VIA CRISIS nos llevaron a reflexionar como grupo en sentir sobre la poética del SER en traslado, el movimiento de venas en naves en las que a veces estás quieta, pero por dentro también eres puro movimiento, quedando de manifiesto que finalmente todo es flujo, todo vuelve y todo va”.

Las estaciones de VIA CRISIS nos llevaron a reflexionar como grupo en sentir sobre la poética del SER en traslado, el movimiento de venas en naves en las que a veces estás quieta, pero por dentro también eres puro movimiento, quedando de manifiesto que finalmente todo es flujo, todo vuelve y todo va.

Sobre Delight Lab

Delight Lab es un estudio de arte y experimentación en torno a la luz, el video, el espacio y el sonido con una trayectoria de once años. Lo conforman la artista visual y sonora Andrea Gana y el artista, poeta y diseñador Octavio Gana. 

De manera creativa, con un diseño depurado y textos contingentes, poderosos y luminosos, los hermanos Gana han logrado ocupar y resignificar espacios urbanos emblemáticos, disputando su significado simbólico y reescribiendo la ciudad desde un posicionamiento político –en el amplio sentido de la palabra– que no ha estado exento de censuras.