Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!

Graffiti: Un cambio de paradigma en el arte”

 

A finales de los 90’s e inicios de los 2000, micros amarillas recorrían Santiago transportando millones de pasajeros al día desde la periferia de la ciudad hasta sus centros laborales. Se podía ver los microbuses cruzando la urbe con un sin fin de tags y graffitis en sus carrocerías. Antes de la implementación del Plan Transantiago en 2007, los trayectos eran mucho más extensos y era posible recorrer la ciudad sin bajarse del bus. Así los recorridos iniciaban en poblaciones de los suburbios donde la mayoría de las personas usaban este medio de transporte, esto les facilitaba a grupos de jóvenes graffiteros, que habitaban estos territorios, rayar la parte exterior de las micros y que la imagen pudiera ser vista en toda la ciudad. Abordaban los buses de noche en las garitas donde se guardaban, también de día en los propios paraderos donde debían detenerse a buscar pasajeros, e incluso en medio de la calle frente a una luz roja. Esta comenzó a ser una tendencia en la capital y cada vez eran más los grupos que se arrojaban a la experimentación y desafío de lograr una bomba o tag que pudiera ser legible en movimiento. 

Por aquellos años, el movimiento del graffiti se encontraba alicaído, muchos de los escritores emergentes de décadas pasadas ahora eran los nuevos referentes y comenzaban sus viajes internacionales, otros con el pasar del tiempo dejaron de rayar. Además, la persecución a quienes realizaban esta práctica en la vía pública era tal que llegaron a escribirse tres proyectos de ley en torno al tema para castigar a quienes hicieran graffitis y rayados, en todas estas discusiones no se llegó a un consenso, más bien se expuso el grave problema de clasismo e ignorancia sobre esta forma de expresión por parte de los representantes políticos. A eso se suman nuevas ordenanzas municipales que lo prohibieron en sus distritos. En este contexto el graffiti se encontró en un estado crítico. 

Si bien es cierto que las crews han existido desde los orígenes del graffiti contemporáneo, escribir sus propios pseudónimos o chapas eran el principal objetivo de los integrantes de estos grupos. Tras el comienzo del nuevo milenio y con el contexto social imperante nacen crews de escritores que desarrollan técnicas de rayados y graffitis de alto impacto, en superficies más amplias y complejas y en menor tiempo. Había que ser estratégicos para continuar con el legado del movimiento. Ahora lo importante era lograr el objetivo colectivo más que figurar de manera individual, así es como varios graffiteros unidos podían realizar una pintada más eficiente si en vez de trabajar por separado lo hacían unidos en un solo concepto que generalmente es el nombre de la crew y no el propio.

Otra de las ideas en torno a este cambio en el formato es que se trata de nuevas generaciones que entendieron que hacer visible a su crew, antes que a sí mismos en solitario, les daba mayores posibilidades de conseguir más spots con mayor valoración ya sea por ubicación y/o tamaño. Esta generación naciente no tuvo la misma influencia del wildstyle norteamericano como las anteriores. También en muchos casos provienen de realidades sociales vulnerables y es ahí donde se vislumbran nuevas motivaciones para realizar sus acciones. La mayoría nunca había viajado fuera del país, ni contaba con un amplio capital cultural a diferencia de varios exponentes de la generación anterior que habían viajado y/o vivido en países europeos o Estados Unidos. La influencia era interna, crecieron viendo graffitis en las calles de sus poblaciones, en las micros, en los paraderos, en sus colegios. Se trata de una arremetida del graffiti que no parará hasta la actualidad, impulsada por el poder del colectivo, por la fuerza del nuevo milenio y las ansias de tener un espacio de expresión aunque el establishment se negara a reconocerles.

Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!
Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!

“Cada artista, grafitero o muralista lo vivió de una manera distinta. Nosotros vimos las micros. Después desde el 2005 en adelante llegó el Fotolog y ahí supimos que existía gente de otras partes que pintaba. Nosotros no teníamos información, había que ser callejero para saber que en San Ramón o en la Pintana hacían graffiti con tinta por ejemplo”, comenta uno de los integrantes de AFULES una de las crews sobresalientes, tanto en Chile como el extranjero, debido a las complejas misiones de pintura de trenes, carros de metro y en altura. Muy pocas personas saben quienes integran este grupo ya que ha sido su trabajo en equipo el que los ha hecho destacar. Acá no se trata de la visibilidad individual sino de los objetivos del crew en pleno. Incluso han realizado arremetidas de pintura donde se expresan contra el autoritarismo del sistema, en estas instancias no firman, sino que ponderan por sobre todo entregar un mensaje claro y explícito de protesta ante las injusticias sociales que se viven en Chile. “A nosotros nadie nos paga nada, lo hacemos por convicción”, agregan.

 

Otra de las crews destacadas desde la primera década del 2000 es 2012 KAOS, reconocida por ser uno de los grupos más masivos llegando a tener hasta 60 miembros, incluidas mujeres. “En lo personal creo que el graffiti estaba parado porque la gente que rayaba antes creció y en la mayoría de los casos no se podía vivir del arte. Muchos comenzaron a hacer música y a vivir de otras cosas. Pero después comenzaron a aparecer grupos que abarcaron la ciudad y lo tomaron como un estilo de vida”, detalla uno de los integrantes de la crew. “Nosotros nos reunimos como 2012K porque estaba estancado el graffiti en Santiago y creamos este estilo nuevo, más relajado, pintar económico y pegó en la ciudad. Nos fue súper bien. Rayamos todo Santiago. En este tiempo se veían solo grafiteros consagrados. Nosotros tenemos otro estilo, es una mezcla de steet art, un estilo más frito, más lisérgico. Trajimos extensores, rayamos con extintores, plumones chorreadores”, detalla otro de sus integrantes. 

 

Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!
Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!

Santa Rosa, uno de los principales lienzos de Santiago

Es interesante observar cómo la transformación de la ciudad impacta en el ejercicio de hacer graffitis. Por ejemplo, la expropiación de avenida Santa Rosa que comenzó en 2005 (también en el contexto de la implementación del Transantiago) convirtió aquel territorio del sector sur de Santiago en un gran lienzo en blanco para las crews del sector, este sería un punto de inflexión que marca la historia de las crews en Chile. Como es el caso de AGOTOK, integrado por un dúo de artistas que comenzaron a trabajar juntos a finales de los 90’s. Tras el desarme de las casas expropiadas para hacer el callejón que recorrerían las nuevas micros, se podían ver desde la calle cómo estaban dispuestos los hogares de quienes vivieron allí por décadas. Sin duda, esto fue tan simbólico que la dupla comenzó a tomarse aquellos espacios con sus graffitis/murales. Fueron unos de los primeros grupos en realizar piezas en gran formato las cuales siempre entregaban un mensaje social. 

“Cuando comenzó con la expropiación en Santa Rosa dejaron muros gigantes botados, este era un territorio que conocíamos y que teníamos rayado. A través de las revistas aprendimos sobre la producción. De chicos sabíamos que había niveles; tag valía uno, trow up dos, flop tres, y así sucesivamente. Eso lo aprendimos en los libros en esa época. Así llegamos al graffiti y luego a la producción con muros enteros. Con mi compañero dijimos: “hagamos una producción una vez al mes. Calidad en vez de cantidad” y como éramos constantes nos hicimos notar. Pasaban las campañas políticas y sobrevivíamos porque los murales se respetaban. Cuando vienen estas campañas, para quienes estamos metidos en el graffiti, se decide recuperar el territorio. Si te borraron el muro queda libre. Hay que estar atento con tu spot. La calle es muy competitiva”, enfatiza uno de los integrantes de la crew. 

Otra crew que se formó en el sector sur y que pintó inicialmente en avenida Santa Rosa (entre otras) al inicio de los 2000 es AISLAP, reconocidos por un estilo que combina graffiti y muralismo. “(El mural) lo hacemos grande, porque si lo hacemos chico se pierde todo el detalle pasando en la micro. La gente no capta la idea. Tiene que ser algo grande para que llame la atención y puedan entenderlo en un lapso de diez segundos” comenta uno de sus integrantes en una entrevista realizada en 2015 por la revista Entropía. “En el arte se hacía el lienzo y se ponía en una galería y no toda la gente podía verlo. La función que cumple el graffiti es que la calle se convierta en una galería y la gente pueda verlo”, agregan. 

Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!
Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!

Crews como forma de potenciar una nueva era creativa y colectiva en el graffiti 

Trabajar en equipo tiene un potencial inconmensurable, como dice el dicho “dos cabezas piensan mejor que una”. Hemos visto cómo el graffiti se ha ido transformando con la proliferación de crews. Evidentemente, el desarrollo de la práctica tiene sus fundamentos primero en el esfuerzo personal, pero el alcance se expande al experimentar en colectivo. 

Existen crews de graffiti en Chile que incluso han incursionado en otros ámbitos de expresión artística como por ejemplo el mundo audiovisual, editorial e incluso la documentación. Uno de los casos que merecen ser destacados es el de UFO, que nació como crew de graffiti pero que con el tiempo se ha convertido en un colectivo de arte outsider.  

“UFO nació de la inquietud de crear una nueva imagen, parte del deseo de diversos escritores de graffiti que estaban interesados en crear algo distinto y que nos ayudara a sorprendernos a nosotros mismos con una imagen nueva que mezclara graffiti, dibujo, relato, cine, editorial. Hicimos una edición de Pan Verde un fanzine que recopila entrevistas a grafiteros, preocupados de rescatar el testimonio que era lo que nos gustaba mucho en esa época, el recopilar, queríamos ser una especie de investigadores”, recuerda uno de los integrantes del grupo. Son reconocidos por el constante rayado de carteles publicitarios en altura que se pueden apreciar en las grandes avenidas de Santiago y carreteras. “Pintamos mucho con extensor, conquistamos las alturas en base a los extensores, hemos llegado a 15 metros de altura, pintando desde el suelo”, agrega.

“Nos interesa producir lo que queramos, queremos hacer música, hacemos arte para videoclips, tenemos una red de gente que nos apoya. Tiene características de colectivo artístico, si hay gente que se suma nosotros apoyamos. Pero el graffiti nunca lo dejamos, siempre estamos en la calle rayando con plumones, con spray haciendo trowup, murales, buscando lugares nuevos para pintar. No lo tomamos como una competencia, no estamos compitiendo contra nadie que es un elemento característico del graffiti warrior que es estar lo más presente posible en la calle”, enfatiza uno de los grafiteros que integran UFO. 

Otro destacado grupo de escritores que ha evolucionado en su formato es HA CREW, quienes comenzaron haciendo graffiti y con el tiempo fueron desarrollado una nueva y exitosa faceta como gestores culturales logrando producir el MUMA (Museo Macul) museo de arte urbano a cielo abierto en Macul. 

“A lo largo de nuestra historia como HA CREW gente se ha sumado y otros salen, pero siempre hemos sido Hesak y yo. Cuando Hesak entró a la universidad a estudiar arte se integraron estudiantes de arte al grupo. Muchos no sabían lo que era el graffiti, nos alejamos de las letras ese rato y comenzamos a mezclar técnicas de escuela. Cerca del 2000 hasta el 2007”, relata Richi Motta. “Cuando entramos en la etapa de la Universidad de Chile, nos acercamos más al muralismo que al graffiti, aunque mi principal motivación es el graffiti. Ese periodo me ayudó a poder involucrarme en la gestión de proyectos, así nos fuimos perfilando en gestión cultural”, agrega. 

“Hoy en día la escena del graffiti es diferente a como yo lo viví cuando lo aprendí. En la escuela de los 90’s había que hacer de todo, bombas, piezas, 3D, wild style, ser dj, rapear. Había que mezclar los elementos del rap, era otra esencia. Hoy en día para hacer graffiti no hay que ser rapero para cultivar la cultura, desarrollarte y descubrir lo que más te gusta. Pero si haces solo bombas es difícil que sepas si es que en realidad podrías entregar otro tipo de obra que tenga un impacto en la gente y pueda cambiar las cosas”, enfatiza Motta.

En este camino de maduración del graffiti contemporáneo chileno hemos visto un cambio tanto de lenguaje y soporte, como de técnicas empleadas. Se puede decir que la producción nacional de esta forma de expresión ha mutado desde un origen importado a una creación de estilo propio que refleja nuestra idiosincrasia, además, contingente con la realidad social del país. 

En conversación con miembros del crew OTK, que recientemente cumplió 18 años como grupo organizado, sobre si el graffiti es arte o no, uno de ellos responde con una contundente reflexión: “Creo que si es arte, porque tal cual las otras disciplinas de arte hay nombres de los estilos, hay tiempo, el graffiti ya tiene 50 años haciéndose, hay épocas y formas. Lo único que cambia es el soporte, en vez de ser un canva o estar en una galería expuesta, lo puedes ver en la calle. El proceso creativo es colectivo, no es individual, y eso lo hace ser distinto, pero también puedes encerrarte con 5 amigos a hacer un canva con spray y también puedes decir que es un graffiti. Además, ha evolucionado un montón, desde los primeros garabatos, tags que hicieron en los trenes en los 70’s, a edificios completos pintados con distintos materiales, puedes ocupar un airless, spray, rodillo, mapear, ocupar un montón de cosas en la calle combinados con graffiti eso es pintura urbana. Indiscutiblemente es arte”. 

Próximo capítulo: “La nueva generación del graffiti en Chile”

Capítulo 3: Crews ¡La unión hace la fuerza!
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Denisse Leigthon

Denisse Leigthon

Denisse Leigthon

Directora SourMagazine.cl. Periodista especializada en cultura y artes. Ha realizado curatoría de diversas exposiciones en Centro Arte Alameda. Además, de escribir sobre arte en las revistas Ambientes y Arte Al Límite. Cree firmemente en que la democratización y desarrollo del arte nos garantiza una transformación social.

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