Historia del Arte

Título: Historia del Arte
Artistas: Violeta Delfín, Grin, Constanza Giuliani, FIFA 2000, Saint Robot, Ce Pams
Ubicación: METRO21 en Factoria Franklin
Fecha: agosto 2021

HISTORIA DEL ARTE es una exhibición con carácter de residencia,  la cual se compone por propuestas que nacen desde el arte urbano, a través de una mirada intergeneracional y multidisciplinaria.

HDA fue una exposición camuflada de experimento, en la que habitamos un espacio-tiempo extraño. Aún en medio de la pandemia, logramos generar una residencia artística dependiente de permisos de movilidad y con grandes dificultades en los traslados. Metro21 incluso debió expandir su giro hacia la construcción para sacar adelante la residencia en un espacio que en ese minuto no era más que un estacionamiento hostil y en obra.

El ambiente se fue nutriendo de la asistencia de seis artistas que no suelen trabajar juntes en la calle. Con diferencias en estilo, generación y metodologías. Este espacio abrió puertas para la exploración libre y la imaginación. En mitad del crudo y aislado invierno del 2021, logramos dado su contexto y localización en Factoría Franklin. Los mitos contaban que de noche corrían las almas en pena de lo que tal vez fue un manicomio (o como se decía, fue un centro de torturas de la DINA. 

Después de aproximadamente 2 meses de trabajo, logramos inaugurar la muestra, y fue tal vez, el primer encuentro “masivo” después de la primera cuarentena, por lo que la alegría de encontrarse sumada a la majestuosidad de los murales y obras montadas, hicieron que HDA fuera una experiencia inmersiva y memorable.

Factoría Franklin, el espacio donde los 6 artistes desarrollaron sus propuestas, contiene en sí un bagaje histórico y significativo; símbolo de un barrio y de los cambios que ha ido viviendo la ciudad. 

Este sincretismo entre las obras y el espacio intervenido viene a reflexionar sobre el arte de las calles, la ciudad y su estética, ya que es algo extraño pensar en hacer murales en un espacio cerrado, obtuso y bastante hostil. 

La selección de artistes se basó principalmente en incluir a quienes estuvieran generando propuestas en la escena de arte urbano, pero también hubo una intención por hacer de esta una instancia interdisciplinar, diversa e intergeneracional.  Esto, entendiendo que la iniciativa se gesta justamente bajo la creencia de que los límites y las categorías que han operado el último tiempo en las artes, se han ido desdibujando; la estética que se ha desarrollado en la calle es una suerte de reflejo de esto.

ARTISTAS Y OBRAS

GRIN

Desde 1995, Victor Grin ha logrado hacer confluir la arquitectura con la técnica pictórica de las latas, como nadie lo había hecho en nuestro territorio. Su obra se ha caracterizado por la aparición repentina y casi “mística” de nuevos espacios urbanos; portales que se abren en los muros a lo largo del país; construcciones visuales vanguardistas que dejan en evidencia su formación como arquitecto. Pero El Grin no es solo un referente en cuanto a técnica y propuestas espaciales, para muchos quienes integran la escena del graffiti y el arte en las calles de nuestro país, este artista representa una suerte de mito; una leyenda que se alimenta por medio de sus intervenciones en las estructuras y la concepción del espacio público.

En las paredes del galpón de Factoría Franklin, integrando la residencia y muestra de Historia del Arte, hoy se encuentran 4 especies de ventanas gigantes; verdaderos umbrales al cielo que desafían la percepción espacial del espectador y parecen modelar la estructura de esta antigua edificación en el centro de Santiago. Estas figuras, comenzaron a cobrar forma con el pasar de los días, con el mismo aire particular de misterio que ha caracterizado su trabajo en las calles, y, al igual que su histórico recuento de pinturas urbanas, su propuesta ha dado pie a un espontáneo diálogo estético entre las obras de los y las artistas que componen esta exposición.

VIOLETA DELFÍN

La obra de Violeta, en sus propias palabras, está directamente influenciada por la estética de la calle y sus dinámicas –tanto familiares e íntimas, como públicas y colectivas–. Así, la feria y el comercio libre, con sus elementos y relaciones, han resultado un referente fundamental en las propuestas visuales de la artista. Dentro de este mismo universo, la rebeldía y la libertad contenidas en el graffiti –narrativa que se articula en las paredes de la ciudad– entrañan virtudes y emociones que, para Violeta, se presentan muchas veces como el motor de sus activaciones.

Si bien la calle es un pilar innegable en el trabajo de Violeta, la sensibilidad que se extrae de sus propios procesos emocionales y vivenciales, vienen a representar la piedra angular en la lectura de su trayectoria como artista. Al recorrer sus obras, es posible encontrarse con una suerte de crónica que retrata sus estados más profundos a través de simbologías; un relato autoficcional que ensambla la intimidad de la artista con la colectividad de la calle.

Entre estos mundos, sobre todo, se teje una figura de admirable osadía, llevando un dibujo que muchas trasladamos al imaginario del recuerdo de nuestro diario de vida, a un escenario de vulnerabilidad histórica para las mujeres. La imagen en su estado más crudo, “inocente” y antojadizo, crea un relato de irreverencia y resistencia frente a una escena reglada, juiciosa y masculinizada. Es así como el trabajo callejero de Violeta Delfin se vuelve tan sutil como poderoso y vinculante.

En Historia del Arte, así como en el espacio público, Violeta dió rienda suelta al flujo de sus emociones y a las circunstancias con el estilo instintivo que la caracteriza y la vuelve reconocible al recorrer distintos barrios de la capital. Sin embargo, la residencia, el tiempo laxo y el resguardo del espacio, dieron paso a una autonomía diferente, que permitió una experiencia de apropiación calma y exenta de represalias. Todo esto se vuelve visible hoy en los muros del galpón de Factoría Franklin; un trabajo franco y desinhibido, que aunque contenido por la seguridad de la estructura, se hermana con la energía dinámica y espontánea que se vive a pocos metros sobre Franklin con Santa Rosa.

FIFA 2000

Para muchos, el graffiti representa una libertad creativa, desarraigada de estructuras y marginal al sistema, sin embargo, es sabido también que opera con lógicas internas que han ido normando la escena a lo largo de los años. Aun cuando el primer acercamiento de FIFA al graffiti se ubica en la génesis del estilo –la pintura de trenes–, su figura representa para muchos, a uno de los primeros detractores en Chile de una forma correcta de hacer y vivir esta práctica. Así, el chorreo espontáneo de la voluntad y creatividad del artista, resultó en un estilo discrepante y desafinado que no dejó a nadie indiferente.

Si bien FIFA se ha caracterizado por esta soltura desafiante que interpela, esa interpelación se agudiza justamente gracias al ejercicio constante de apropiación. La utilización de simbolismos e imágenes de conocimiento universal –como los logos de marcas famosas o personajes del imaginario popular–, permiten que el espectador se vea involucrado en una sátira reconocible y en un juego de acertijos que no pretenden presumir una respuesta.  

La popularidad de FIFA ante todo, parece comunicarse con nuestros deseos duales y tabúes; entre lo estéril y lo pronográfico, entre lo prolijo y lo “mal hecho”. Entre sus obras se nos presenta tanto el placer de un packaging limpio, elegante y con olor a nuevo, así como la atracción a la diferencia, lo equívoco y lo antojadizo.

Sin duda, el trabajo que ha desarrollado este artista, llama la atención y se hace presente en el panorama de adeptos y detractores, lo que se evidencia en la importancia y reconocimiento que presenta en una escena de la cual es disidente. 

En Historia del Arte, FIFA, como acostumbra, desplegó un juego de símbolos y referencias a multiple escala, dándole autoridad al contexto y, por supuesto, al absurdo; Michael Jordan, Esnore, una pelota de tenis, escaleras al cielo; guiños sin evidente hilo conductor y un montón de preguntas sin ningún sentido aparente.

VIOLETA Y FIFA 2000

Dentro de los murales que se toman el galpón de Factoría Franklin hoy, se encuentran dos que fueron realizados en colaboración entre Violeta Delfín y FIFA 2000. Michael Jordan en pleno vuelo sobre una muralla de ladrillos ocupada por diferentes símbolos, y a la derecha, dos figuras femeninas en el centro dándose la espalda, sobre un espacio cuadriculado semejante a una especie de planilla de modelamiento 3D. Ambos murales fueron hechos en conjunto por les artistas, quienes decidieron intercalar la decisión y desarrollo de los elementos de cada composición.

La sincronía que emana de las obras vuelve más interesante el carácter espontáneo y mutable que caracterizó su desarrollo. Y es que ambos artistas coinciden en una innegable familiaridad entre sus obras, pero, sobre todo, en sus procesos. Es así como la determinante de estas pinturas, no radica en una temática ni en una técnica, sino más bien en la soberanía que ambos le entregan a los contextos y las circunstancias, sin resistirse de ninguna forma, a la incidencia constante y natural de las variables.

CONSTANZA GIULIANI

Constanza Giuliani es una artista visual que ha desarrollado su obra desde diversas técnicas, destacando principalmente el dibujo, la pintura y la instalación. Aún cuando su obra no se ha centrado en el espacio público y, más bien, ha construido una reconocida carrera artística dentro de las galerías, la artista asegura inspirarse constantemente en la estética que ofrece la calle y particularmente el graffiti. 

Es posible encontrar en el medio, interesantes reflexiones en torno a la obra de Constanza, desde la riqueza y originalidad pictórica hasta la narrativa diversa, curiosa y sensual que de esta se extrae. Pero Constanza además, ha curtido un estilo particular que emana una extraña y atractiva ubicuidad; la imagen que habita y retrata con agudeza lo público y colectivo a la vez, desde una visualidad única que parece invitarnos a su mundo interno. 

Esta artista logra generar un relato articulado en una suerte de viñetas oníricas que cualquiera se sentiría atraído por experimentar. El juego entre la literalidad y la abstracción; entre texto y construcción gráfica, trasladan a la escena de históricos exponentes de los cómics underground de los 70´s como Gary Panter y Aline Kominsky-Crumb; un retrato de la sociedad y las cuestiones públicas desde la expresión sugerente, subjetiva e ingeniosa de la autora. En este sentido, es posible ubicar a Giuliani en el radar de una de las áreas más vibrantes del cómic contemporáneo, la cual, para muchos, representa una graficación y testimonio de la cultura urbana y humana en constante flujo; el cómic Queer.

El Jardín de las Delicias

Los 6 dibujos que integran esta serie que hoy se expone en Historia del Arte, erotizan y engrandecen la presencia de la flora común y silvestre que se repite en la ciudad; plantas resistentes sin mayor mérito ni reconocimiento estético, que denotan un desafío soberbio al crecimiento urbano. Al igual que en la celebre obra de El Bosco con la que comparte su nombre, las plantas se vuelven sexo y los personajes se entregan a los placeres ofrecidos.

En cuanto a su soporte y montaje, la impresión sobre la tela PVC, y la disposición semejante a pendones viales, continúan la lógica híbrida que sostiene la artista entre aquello que se resuelve como privado y la esfera de lo público. 

SAINT ROBOT

Saint Robot es artista visual de formación y artista urbano por intuición. 

Si bien su obra ha ido mutando con el pasar de los años, podríamos afirmar que hubo un punto de inflexión en su trayectoria, que fue dado en el encuentro de Simón con la materia; la materia como imagen, la materia como fundamento, la materia como inicio, proceso y resultado. 

Reconocible en la calle por sus objetos monocromáticos semejantes a piedras, fósiles y otros elementos inertes, este artista que nació del graffiti figurativo, hoy propone verdaderos estudios gestuales y sensoriales en los muros de la ciudad. 

Aun cuando Simón no busca una narrativa, al acercarnos a sus obras y detenernos en la construcción de las texturas, nos encontramos con una especie de registro cartográfico; un testimonio de los movimientos corporales del artista, y las huellas de herramientas que se vuelven protagonistas. De esta forma, las construcciones volumétricas e ingrávidas de Saint Robot, ofrecen también la lectura de un relato que devela la experiencia del proceso.

Sin duda, esto último es lo que se vuelve central en la propuesta que está siendo exhibida en Historia del arte; un repertorio de rastros de acciones y pulsiones en el lenguaje crudo y singular de sus herramientas

CE PAMS

Describir la obra de Ce Pams como arte sonoro, si bien sería correcto, también resultaría reduccionista.

Ce Pams desarrolla ensambles entre lo objetual, el tiempo, y lo contextual, de manera que el objeto más simple y cotidiano se vuelve engranaje clave en la génesis de una experiencia. De esta manera, la artista diluye los límites funcionales de las cosas y las asociaciones inmediatas que realizamos hacia los objetos, transformando todo en un sistema; la matriz de una atmósfera.

En sus instalaciones, la artista pone en evidencia un minucioso proceso de estudio y experimentación, que dan como resultado un ambiente hipnótico e incluso perturbador en el encuentro del sonido con la atracción visual de las estructuras. Así, el trabajo de Ce Pams es un laboratorio de interacción de cuerpos que se mantiene en constante búsqueda de las posibilidades sensoriales dadas por la manipulación de elementos naturales y artificiales.

Aunque Ce Pams escape de lo que podríamos catalogar como una artista urbana, es productora de una estética que remite a la experiencia de la ciudad, donde los resultados están dados por la acción, creación y voluntad humana, pero condicionados por su relación con las fuerzas de la naturaleza