Mujeres escribiendo la calle: Entrevista a Stfi Leigthon

El muralismo es una manera corporal de comunicar. Una forma de narrar una historia y dejar una huella. Es aparecer dentro del espacio y dialogar con las personas. Los murales mantienen conversaciones con las personas, las interpelan.

Stfi es una artista comunicadora. Quiere narrar su historia porque sabe que existen lugares comunes que conectan con otras historias similares. Porque finalmente el tránsito por el espacio público – el encuentro humano – nos hace recordar que todos vivimos historias familiares, que todos estamos golpeados por las mismas noticias. por los mismos cuerpos y así mismo, los nuestros se vuelven políticos en el espacio público, ya que se hacen conscientes de la colectividad. 

Es bien sabido que ciertos grupos han sido desplazados por la escena “oficial” del arte, la cual se sostiene, tanto en su producción como en su apreciación histórica, en bases academisistas. En el muralismo esto no es distinto, es más, por su espacio de desarrollo y carácter público, ha sido un circuito aún más difícil de habitar para quienes se encuentran fuera de él. Stfi es un ejemplo dentro del arte urbano nacional. Fotógrafa y diseñadora de ropa, la creadora y artista nos confiesa que su mayor academia ha sido la calle y, gracias a su trayectoria y amor por lo que hace, hoy tenemos más espacios abiertos para el muralismo y graffiti.

 

Mujeres escribiendo la calle: Entrevista a Stfi Leigthon
Mujeres escribiendo la calle: Entrevista a Stfi Leigthon

¿Qué avances o evoluciones has notado para las mujeres en la apropiación de espacios para pintar? 

Creo que gracias al feminismo -y a la puesta en evidencia de la diferencia de posibilidades que han tenido las mujeres-, cada vez los espacios son más igualitarios. Una de las grandes victorias del feminismo es el avance desde la paridad de género.

Pero no es sólo eso, también existe un gran esfuerzo y convicción personal, el propio lugar como pintora que tengo, me lo he ganado con mucho trabajo. He trabajado un montón en usar los espacios de manera responsable. Me lo he jugado todo para que la calle pueda ser utilizada de manera justa, ha sido mucho trabajo y he visto avances muy significativos desde que empecé a pintar.

¿Cómo ves tu propio lugar como artista urbana?

Empecé pintando en un viaje que hice por Latinoamérica y desde el principio me la jugué con la convicción de que podía abordar cualquier proyecto. La pasión que siento por la pintura, la buena energía y el profesionalismo que trato de poner siempre, son factores que se hacen notar y traen frutos y buenos resultados. Por eso, el espacio que siento tener, me lo he ganado con esfuerzo. Estoy feliz del proceso en el que estoy, el camino que he tomado y los proyectos en los que me voy involucrando.

La autogestión ha sido complicada por ser independiente; dedicarse al arte en Chile con toda la precariedad que esto implica, es un factor que se suma al hecho de ser mujer.

¿Qué significa para ti el arte urbano a nivel personal y a nivel social?

Personalmente transformó mi vida. En el muralismo encontré una manera de comunicarme. Siempre he sido muy creativa y observadora, pero a la vez me siento tímida. A veces no encontraba las palabras y no sabía cómo expresar tantas cosas que creo y siento. En el muralismo y la pintura logré encontrar una forma única de comunicación y expresión propia. 

 

“ME PARECE TERAPÉUTICO Y MEDITATIVO PINTAR.

Es casi un ritual”

Lo más bacán es que el soporte es la calle y eso me hizo entender que mis propias reflexiones no son solo mías, sino de la gente que habita el espacio público y que observa la ciudad y sus detalles artísticos. Conectar con otras personas e invitar a la reflexión es algo que me cautivó. No solo yo estaba buscando otras maneras de expresión, sino que lo compartí con otras personas. Eso fue increíble para mí, aportar a la posibilidad de ver arte de manera gratuita en la calle, sin distinción de ningún tipo es una oportunidad social, pudiendo hacer un cambio -por más mínimo que sea- en quien sea que se aproxime a esta obra. La sola idea de plasmar arte en cualquier parte y tener la opción de cambiar el día de una persona, me parece una oportunidad única. Las ciudades están repletas de información y, en general, ésta sólo potencia el consumo. Pienso que el arte público le hace el contrapeso a eso, plasmando otros contenidos con sentido que invitan a la reflexión y al cuestionamiento.

 

Mujeres escribiendo la calle: Entrevista a Stfi Leigthon
Mujeres escribiendo la calle: Entrevista a Stfi Leigthon

¿Cómo te relacionas con otras artistas y graffiteras?

Es bien variado. El camino de ser muralista nace siempre de la autogestión. Luego se pueden hacer colaboraciones o proyectos más grandes, alianzas, etc. Desde la autonomía es que una se relaciona con otras pintoras, siempre desde el deseo de crear y con ganas de hacer muchas cosas, compartir conocimiento, experiencias. Estos últimos años he participado de un proyecto entre amigas llamado “La fuerza Colectiva” y vamos paso a paso construyendo nuevas maneras de hacer en colectividad. Creo que es muy bueno compartir y ampliar la experiencia personal. Me imagino que compartir esto, puede ayudar a otras personas. Contar una experiencia que ayude a otres a tomar sus propios caminos y maneras de hacer.

Mujeres escribiendo la calle: Entrevista a Stfi Leigthon
Mujeres escribiendo la calle: Entrevista a Stfi Leigthon

¿Cómo has evolucionado como artista en tu carrera?

He evolucionado un montón como artista y como persona. No me considero artista, me considero una creativa, me apasiona crear, tengo muchas ideas y muchas ganas de hacer cosas, de aprender, de hacer vínculos y redes… entonces, en ese afán de conectar con otres creatives, con otros procesos culturales, educativos, proyectos artísticos, es que uno va aprendiendo. Aprendiendo del hacer, del equivocarse, del intentarlo de nuevo. Entonces, ha sido una gran evolución y aprendizaje. Estoy súper feliz por eso. 

Ha sido un camino de autogestión, soy autodidacta desde un principio y creo que ha habido una gran evolución. Desde que partí pintando, he intentado no detenerme. En 2021, debido a la pandemia, entre otros factores, estuve más enfocada en activar otros procesos como el trabajo de taller, pintar cuadros, escribir ideas, crear proyectos con otras personas para nutrir el contenido y la manera de desarrollar. 

Estudié fotografía y diseño de vestuario y, sin duda, esos estudios me enseñaron un montón de cosas que aplico en la pintura, pero también la máxima evolución de mi trabajo de pintura la desarrollé en la calle. Aprecio mucho la escuela de la calle, esa posibilidad de aprender haciendo. Además, el soporte da la posibilidad para todes quienes se animen. Si bien tiene mucho esfuerzo detrás, dado que no siempre tiene retribución económica, trae mucha alegría y satisfacción. Es bien intenso y sacrificado, trabajas expuesto a los riesgos de la calle, el sol, el frío, múltiples factores, pero siempre vale la pena. En mi última exposición individual, noté una gran evolución de técnica y madurez al mostrar mi trabajo en un espacio cultural tan importante como el GAM. Me sorprende y emociona. La evolución no tiene límites. Se debe soñar y trabajar por esos sueños para ver resultados, siempre poniéndole corazón a lo que se hace. 

 

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Isidora León

Isidora León

Isidora León

Isidora León (1993) es gestora cultural e investigadora en el área de arte urbano y espacio público. Se desempeña como editora general de la galería de arte urbano Metro21 y es magíster en Literatura Comparada de la UAI. Sus intereses académicos se posicionan en los cruces entre espacio público y el archivo.

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