Puente cultural entre el muralismo mexicano y chileno

En el marco de la VII Feria internacional del libro de las universitarias y los universitarios organizada por la UNAM, Ciudad de México 2025, donde la Universidad de Chile fue invitada de honor, conversamos con Rodrigo Vera, investigador y académico, quien coordinó el histórico mural de Mono González y presentó su libro «De México a Chile: Presencia e Influencias del Muralismo Mexicano».

Durante la feria, toda la instalación estuvo visualmente vestida con una selección de la obra del Mono González, miembro fundador de la Brigada Ramona Parra y uno de los máximos exponentes del muralismo chileno, quien realizó su primer mural en México y presentó su obra reunida en cuatro libros retrospectivos: «Cartel 1973-2023», «Xilografía 1973-2023», «27-F-F» y el libro objeto «Baldosa Sur-Eña». Estas publicaciones, como señaló el propio artista, buscan dejar constancia de un arte que muchas veces es efímero en el espacio público, y están cruzadas por la memoria de más de 50 años de su trayectoria.

Rodrigo, cuéntanos sobre este momento histórico que representa el primer mural de Mono González en México.

Rodrigo Vera: El mural de Mono González en el muro exterior del edificio de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM fue realizado en el marco de FILUNI 2025, año en que se conmemoran los 70 años de Publicaciones y Fomento Editorial, y la Universidad de Chile es invitada de honor. Lo que nos llena de orgullo es que estamos hablando del gran exponente del muralismo chileno presente en México, el país donde surgió el muralismo como movimiento, inspirando a diversos colectivos como la Brigada Ramona Parra, de la cual Mono González fue parte. Es traer el muralismo chileno a la cuna del muralismo.

¿Cuál ha sido tu rol en la coordinación de este proyecto?

RV: Coordiné estas actividades para poner en relevancia el trabajo de Mono González. Me ha tocado estar detrás de la producción del mural: gestionar todo lo necesario para la ejecución. Ha sido un trabajo integral que incluye acompañarlo en el proceso y coordinar con los estudiantes de Artes de la UNAM. 

¿Cómo fue el proceso de vinculación durante la creación del mural con los estudiantes?

RV: El jueves hubo un taller teórico donde el Mono dictó una clase sobre muralismo y compartió su trayectoria. Yo complementé con instancias del muralismo chileno. Ese mismo día hicimos el trazado del boceto en el muro con los estudiantes, quienes pudieron observar la técnica de Mono. El sábado nos reunimos a las 10 de la mañana para empezar a pintar, donde los estudiantes tomaron la iniciativa con los colores, con una guía cromática que les fuimos dando, preparando colores en referencia a las paletas de los textiles mesoamericanos.

¿Qué elementos y simbolismos contiene el mural?

RV: El mural recoge antecedentes de las culturas prehispánicas: los colores, la referencia a los bordados. Hay un tocado mesoamericano, un cactus, flores. Es el encuentro de dos instancias que se ven frente a frente, con la clásica iconografía del Mono: la mano, la paloma, el ojo, donde la idea de la esperanza está muy presente. Como me decía el Mono, hay que entregar mensajes de esperanza. Hoy, como está el mundo, es importante traer desde Chile ese mensaje y compartirlo con México.

«Somos abiertos, venimos de la escuela de generosidad que se contrapone a lo que nos heredó la dictadura, ese individualismo» – Mono González 

Cuéntanos sobre tu libro «De México a Chile: Presencia e Influencias del Muralismo Mexicano» que presentaste en FILUNI.

RV: Es una investigación hecha a pedido de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile específicamente para esta feria. El libro trata sobre los seis muralistas mexicanos que fueron a Chile: David Alfaro Siqueiros, Xavier Guerrero, Tomás Parra, Diego Rivera —que fue pero no pintó ningún mural—, Jorge González Camarena y Juan O’Gorman. Analizo las redes con quienes se vincularon, los murales que hicieron y qué hicieron durante su estadía en Santiago. La presentación editorial se hizo el jueves ante un auditorio lleno, con muy buena recepción del público mexicano y estudiantes.

¿Qué significa para ti, como académico e investigador, estar construyendo este puente cultural?

RV: Trabajo desde la academia, con todos los pros y contras que eso tenga. El contacto con la UNAM ha sido fundamental para instalarlo desde el punto de vista académico, traer desde la Universidad de Chile al Mono González a la UNAM. Me siento muy orgulloso y contento. Trabajar de manera bilateral con otra universidad, con otro país, gestionando el mural del Mono, ha sido una experiencia muy enriquecedora. Desde el punto de vista docente, estar con los estudiantes, ver su inquietud, que sepan sobre el muralismo chileno, para mí es impagable. Son como 10 semestres concentrados en una experiencia.

¿Cómo ves el impacto de este intercambio cultural entre México y Chile?

RV: La idea es sembrar semillas. Ha sido tanto lo que México nos ha dado como país en cuanto a cultura y muralismo, que siento que esto es una devolución de mano. Es nuestro granito de arena, tratando de colaborar con traer el muralismo chileno a México. Es vital para el muralismo chileno estar aquí. 

Este mural es como poner la bandera de que esta investigación y todo este trabajo da frutos. Es el comienzo de algo. A través del proyecto Muralismo en Chile esperamos inspirar a nuevas generaciones de investigadores y gestores culturales para que se vuelquen a ver qué está pasando en Chile en términos de muralismo y la importante conexión que tiene con México.

Durante FILUNI, las presentaciones de libros contaron con la participación de destacados agentes culturales, incluyendo a Daniel Cruz, director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de la Universidad de Chile, quien destacó el compromiso colectivo que ha caracterizado el trabajo del Mono González desde sus inicios en la Brigada Ramona Parra hasta sus reconocidas escenografías para películas como «Machuca» de Andrés Wood y «La danza de la realidad» de Alejandro Jodorowsky.

Como señaló Mono González durante la presentación de sus libros: «Nosotros venimos de la calle, de vivir las situaciones políticas, siendo protagonistas con las brigadas. Estos libros tienen que ver con cómo dejar constancia de un arte que muchas veces es efímero». Una reflexión que cobra especial relevancia en este encuentro histórico entre el muralismo chileno y mexicano, donde el arte callejero trasciende fronteras para convertirse en patrimonio cultural compartido.