Congreso Latinoamericano de Gestión Cultural en Guadalajara

La semana pasada estuvimos en el 3er Congreso Latinoamericano de Gestión Cultural en Guadalajara, México, y queremos compartir esta experiencia porque los tres días de presentaciones y el espacio de reflexión colectiva fueron tremendamente inspiradores para quienes nos dedicamos a la gestión cultural.

Como Metro21 fuimos invitadas a presentar la metodología de evaluación de impacto socio-comunitario de muralismo que estamos desarrollando junto a Catali Milla Chacón, geógrafa, investigadora y docente de la Universidad de Chile, y Luis Campos Medina, Director de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la misma universidad. Esta colaboración comenzó hace casi dos años cuando nos sentamos a conversar sobre qué pasaría si existieran datos empíricos sobre el impacto del muralismo, especialmente cuando las obras son creadas en relación con el entorno donde se emplazan y sus vecinos y próximos espectadores son parte de su proceso de creación.

La investigación que estamos llevando a cabo busca comprender cómo el muralismo incentiva procesos de negociación con las narrativas e identidades hegemónicas a través de la ampliación del espectro de posibilidades de expresión y comunicación. En ese sentido, resulta relevante entender que las dinámicas que activa el muralismo pueden ser conectadas, analíticamente, con la discusión acerca de las nuevas formas de composición de la ciudadanía, puesto que intervienen sobre las formas de habitar y de articular la convivencia, pero también sobre los modos de reconocimiento de las diferencias y de los problemas que aquejan nuestra vida en común.

Un espacio de construcción colectiva

En el Congreso presentamos tanto la investigación como el dispositivo de evaluación como trabajo en proceso, porque justamente esta instancia de articulación con profesionales del campo de la gestión cultural nos permite seguir afinando detalles. Lo que buscamos es desarrollar una metodología de evaluación que sirva tanto para artistas, organizaciones culturales, comunidades, municipios y otros actores que deseen estimar el impacto socio-comunitario de proyectos de muralismo. No queremos que sea una fórmula rígida, sino una herramienta flexible y adaptable a distintos contextos y territorios, donde se pone en el centro la voz de los habitantes y permite comprender el impacto del muralismo desde sus experiencias.

Porque creemos que es fundamental contar con evidencia empírica sobre sus efectos para fortalecer políticas culturales orientadas al espacio público y desarrollo social, e incentivar la inversión pública y privada entendiendo su impacto, entre otros esfuerzos que permitan seguir fortaleciendo el campo del muralismo con enfoque comunitario.

La participación en este encuentro, donde habían gestores culturales, investigadores, artistas y otros profesionales de toda Latinoamérica, nos permite seguir avanzando en concretar esta estrategia que publicaremos por este mismo medio. Por lo pronto, queremos compartir las reflexiones del Seminario del cual fuimos parte, porque resuenan profundamente con nuestra práctica en Metro21 y nos parecen fundamentales para entender hacia dónde se está moviendo la gestión cultural en nuestra región.

Seminario «Formación e Investigación en Gestión Cultural»

Fuimos parte del Seminario coordinado por Fabián Retamal, Director de Extensión de la Universidad de Chile y Carlos Yáñez, profesor e investigador de la Universidad Nacional de Colombia, donde hubo 20 ponencias de gestores culturales de México, Costa Rica, Colombia, Brasil, Argentina y Chile. El objetivo era analizar el estado actual de la investigación en gestión cultural en América Latina y su incidencia en los procesos de formación de gestores culturales en distintos niveles y contextos nacionales, identificando enfoques, metodologías y desafíos emergentes.

Una vez concluidas las ponencias, Fabián Retamal organizó una conversación entre ponentes para rescatar las ideas, reflexiones y principales conclusiones después de los tres días de presentaciones, las cuales compartimos a continuación:

Los fundamentos de una acción cultural transformadora

Se destacó que la acción cultural orientada a la transformación social se sustenta en conceptos como la empatía, la ética, la sistematización y la intersectorialidad. Estos permiten comprender la cultura como un proceso colectivo de construcción de sentido y fortalecimiento de comunidades. Las metodologías participativas —especialmente la sistematización de experiencias, la investigación-acción y la documentación reflexiva— constituyen herramientas fundamentales para generar conocimiento situado y transformar las prácticas culturales desde los territorios.

Una acción cultural transformadora se caracteriza por su dimensión colectiva, dialógica y emancipadora: busca visibilizar saberes locales, promover la autonomía y generar impactos culturales, sociales y económicos sostenibles. Existe consenso en que esta transformación puede expresarse en diversos ámbitos —gestión artística, industrias creativas, patrimonio, memoria— siempre que estos procesos conlleven empoderamiento, cohesión social y reconocimiento de la cultura como derecho y desarrollo.

La importancia de teorizar desde la práctica

Uno de los temas que más resonó en el Seminario fue la necesidad de avanzar en teorización, sistematización y documentación. La gestión cultural latinoamericana requiere construir teoría desde su propio campo, superando visiones meramente instrumentales o administrativas. Como señaló Fabián, teorizar no implica distanciarse de la práctica, sino dotarla de densidad conceptual y capacidad crítica.

La sistematización de experiencias y la documentación de resultados se presentan como prácticas centrales para el desarrollo del conocimiento situado. No solo ordenan y registran, sino que producen saberes sobre la acción cultural, permitiendo identificar aprendizajes, modelos y metodologías que fortalecen la disciplina.

El rol de la universidad y fuentes de pensamiento

Se reafirmó la importancia del fortalecimiento de la investigación académica y aplicada que analiza tanto la gestión cultural como los resultados concretos de los proyectos. Esto contribuye a poner en valor el papel estratégico de la cultura en el desarrollo social. Las universidades tienen un papel crucial en la generación y transferencia de conocimiento hacia el sector cultural. La investigación académica puede —y debe— trascender los límites institucionales, ofreciendo metodologías que fortalezcan la capacidad reflexiva de los agentes culturales.

Finalmente, se destacó que la gestión cultural latinoamericana se nutre de fuentes de pensamiento como la educación popular, el pensamiento decolonial, la interculturalidad y las cosmovisiones comunitarias del «buen vivir», además de los saberes emergentes de grupos urbanos y rurales. En este sentido, la gestión cultural se constituye como un saber vivo, en permanente construcción, que articula pensamiento crítico, acción colectiva y compromiso con la transformación social desde los territorios.

¿Qué nos llevamos de este encuentro?

Esta experiencia nos confirma que el camino que estamos desarrollando —combinar la práctica en gestión y producción en muralismo con la investigación rigurosa— no solo es necesario sino urgente. La metodología que estamos desarrollando responde a una necesidad regional de contar con herramientas que permitan evaluar, aprender y mejorar nuestras intervenciones culturales.

Pero más allá de lo metodológico, volvimos con la convicción de que nuestro trabajo debe responder a principios éticos claros: la empatía con las comunidades, el respeto por los saberes locales, la rigurosidad en la sistematización y el compromiso con la transformación social.

En los próximos meses seguiremos afinando esta metodología y compartiendo tanto el dispositivo de evaluación como los datos obtenidos, con el objetivo de pueda ser utilizada y adaptada a diferentes contextos y territorios. Porque al final, de eso se trata: de construir colectivamente herramientas que nos permitan hacer mejor nuestro trabajo, con mayor impacto y con evidencia que respalde la importancia vital de la cultura en la construcción de sociedades más justas, participativas y cohesionadas.

Tópicos profundos del Seminario de Formación e Investigación en Gestión Cultural

Las siguientes reflexiones fueron escritas por Fabián Retamal, coordinador del seminario, a partir de las conversaciones colectivas entre ponentes. Las compartimos en sus palabras porque articulan con profundidad los desafíos y horizontes de la gestión cultural latinoamericana:

Al finalizar el Seminario de Formación e Investigación en Gestión Cultural, se reunió un grupo de participantes que, a partir de las preguntas orientadoras del Congreso, identificaron una serie de aspectos que pueden considerarse ámbitos a abordar o resolver en función del estado del arte de la investigación y la formación en gestión cultural, así como los desafíos futuros.

Los siguientes tópicos sintetizan los principales ejes de discusión y reflexión colectiva.

1. Empatía como fundamento de la formación e investigaciónLa empatía emerge como un principio estructural en la práctica y la enseñanza de la gestión cultural. Más allá de ser una disposición afectiva, constituye una herramienta epistemológica que permite comprender los contextos, las comunidades y los actores involucrados en los procesos culturales. 

2. Ética y reconocimiento del trabajo cultural

La ética del trabajo cultural se asocia con la responsabilidad social, la honestidad intelectual y el respeto por las comunidades con las que se trabaja. Existe un consenso creciente sobre el aporte que la gestión cultural realiza al bienestar colectivo; sin embargo, persiste la necesidad de dotar de valor y reconocimiento institucional a este trabajo. 

3. Teorización, sistematización y documentación

La gestión cultural latinoamericana requiere avanzar en la construcción teórica de su propio campo, superando visiones meramente instrumentales o administrativas. Teorizar no implica distanciarse de la práctica, sino más bien dotarla de densidad conceptual y capacidad crítica. 

4. Institucionalización y puesta en valor de la gestión cultural

Uno de los desafíos más persistentes del campo es su institucionalización. La legitimación académica, profesional y normativa de la gestión cultural es esencial para consolidar su reconocimiento social y político. 

5. Articulación intersectorial e interdisciplinaria

La gestión cultural es, por naturaleza, un campo de articulación. Su desarrollo depende de la capacidad de establecer vínculos entre sectores —educación, patrimonio, economía, comunicación, artes, turismo— y de fomentar el diálogo entre diversas disciplinas. 

6. Transformación social y puesta en valor comunitaria

La puesta en valor de las prácticas culturales locales permite visibilizar saberes, oficios y expresiones que aportan al bienestar y la cohesión social. En este sentido, la gestión cultural no se limita a administrar recursos, sino que promueve procesos de empoderamiento, participación y creación colectiva. 

7. Investigación universitaria y transferencia de metodologías

Las universidades desempeñan un papel crucial en la generación y transferencia de conocimiento hacia el sector cultural. La investigación académica puede —y debe— trascender los límites institucionales, ofreciendo metodologías que fortalezcan la capacidad reflexiva de los agentes culturales. 

8. Interseccionalidad y perspectiva de género

El análisis de la formación en gestión cultural revela procesos de feminización del estudiantado y, con ello, nuevas perspectivas en torno al género y la diversidad. 

9. Estudios comparativos y redes regionales

Finalmente, se observa una expansión de los estudios comparativos y las redes de investigación regionales en América Latina. Países como México, Brasil, Costa Rica, Argentina y Chile han desarrollado investigaciones sobre formación, inserción laboral y experiencias estudiantiles en gestión cultural, configurando un estado del arte regional.